Aquí y allá va el pensamiento.
Unos días es preocupaciones y al otro es puros recuerdos. Va del pasado al
futuro, omnipresente y humano al mismo tiempo. Es común que suceda involuntario, extraño o ingenuo; pues pensar no siempre sirve a su dueño; y viene y va frecuentemente plagado de paradigmas ajenos.
Pasamos tanto tiempo buscando un sentido, armando un objetivo serio; que olvidamos lo valioso que es tener a diario un simple sueño
y alimentarlo con deseo. Valoramos más seguir un camino conocido y para todos bueno.
¿Por qué gastar el pensamiento usándolo para temer, discrepar o sólo seguir de otros el sendero? Si pensar consciente ya es a diario un milagro nuevo y un festejo,
lo mejor que celebrar y donde se guarda todo momento. Es, de hecho, el
proceso del que todos seguiremos escribiendo. El planeador y el suceso. El pensador y el recuerdo.
Acumulamos vivencias
de amor y de miedo, y las guardamos en memoria colectiva a la que todos tienen acceso. Todo se impregna en la genética, almacenado y revelado luego.
Es cuando el pensamiento apropiado se manifiesta y no por coincidencia en el justo
momento.
Nuestra vida se encuentra plagada de refranes y consejos, de pensamientos ajenos que pueden volverse nuestros. Así van entendiéndose y heredándose como maestros y creadores de grandiosos juegos. Seguimos asimilando
nuestra experiencia y continuamente creando
conocimiento. Todos los humanos como un único sujeto, aprendemos algo en cualquier momento. Voluntaria e involuntariamente preservamos cuanto imitamos, comunicamos o evitamos en nuestro
comportamiento. Nos creamos, creando nuestra cultura. Y no pasa un día sin que pensemos trascendiendo.
3 comments:
Me encanta lo fluido de las palabras, tu sencillez, me contagias esa chispa divina que expresas por la vida!
Eaaaa!
gracias linda =)
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